- Objetivo de cara a 2030: fabricar al menos 700.000 vehículos electrificados.
- La transición a la movilidad del futuro es económicamente rentable: a pesar de suponer una inversión de 54.000 millones, los beneficios para la economía superarán los costes.
España podría liderar la movilidad sostenible en un futuro. Es la ambiciosa previsión que ANFAC (la Asociación Española de Fabricantes de Vehículos) ha realizado en el último informe ejecutivo sobre la industria de la automoción en España. Este documento contempla un panorama esperanzador y optimista para el sector.
El citado informe ‘Automoción 2020 – 2040: liderando la movilidad sostenible’ señala que “si se hacen bien las cosas en España, el mercado de la automoción y los servicios de movilidad generará un negocio valorado en más de 310.000 millones de euros de facturación”. Tres veces más del valor que posee a día de hoy.
UNA INDUSTRIA CLAVE PARA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
En estos momentos la industria de la automoción ya posee un papel destacado en la economía española. Genera más de 103.000 millones de euros de facturación, lo que supone el 10 % del PIB. Además, crea trabajo y de calidad, dado que supone el 9% del empleo nacional y el 84% de los ocupados cuenta con contratos indefinidos.
Respecto a otros datos que ponen de manifiesto la importancia que tiene la movilidad para el crecimiento económico y el desarrollo social de España, está la inversión extranjera que recibe, y que se sitúa en torno al 7%.
Por otro lado, el sector cumple con un papel destacado para la balanza comercial, pues representa el 18 % de las exportaciones: el mayor contribuidor neto con un saldo positivo en automóviles de 14.500 millones de euros.
Todo ello hace que la recaudación fiscal nacional que genera para las arcas del Estado sea del 15%.
Con todo, aunque las cifras son positivas, se esperan grandes transformaciones en el mercado de la automoción. La capacidad de la industria española de adaptarse o no a las nuevas necesidades de la sociedad relativas al transporte como también al cumplimiento de los objetivos de descarbonización en un futuro (reducción de las emisiones), será clave para continuar siendo generadora de riqueza en España.
Para ello, ANFAC estima que todos los agentes involucrados en el sector deberán invertir más de 54.000 millones (equivalentes a un 5% del PIB español). Como también indica que se necesitará el respaldo por parte de la Administración.
De lo contrario, de no hacer nada, la patronal adelanta que conllevaría severas consecuencias: pérdida de competitividad de la industria española, a través de su falta de adaptación, lo que provocaría pérdidas anuales del 2% del PIB y la pérdida del 1 % del empleo nacional.
EL CAMINO HACIA LA MOVILIDAD SOSTENIBLE
La misión de futuro es cumplir con el ambicioso objetivo de llegar a ser neutrales en las emisiones de C02.
En palabras de ANFAC: “España cuenta con ventajas competitivas para convertirse en un país especializado, primero en vehículos híbridos, y en un segundo escenario, en vehículos electrificados, autónomos y conectados”. Con todo, para hacer posible el desarrollo del ecosistema de la movilidad sostenible es necesario hacer frente a tres retos:
- Descarbonización y calidad del aire: la Unión Europea establece regulaciones específicas y ambiciosas que persiguen una reducción de las emisiones de C02 para la protección del medioambiente y de la calidad del aire. Para poder cumplir con las exigencias de la normativa medioambiental europea el mercado debe alcanzar una cuota de penetración de al menos el 35% de vehículo electrificado de cara a 2030 – lo que equivale a 700.000 vehículos aproximadamente. Con respecto a 2040, se espera que pueda alcanzar el 50% de cuota de mercado, un 15% más en solo diez años. Cabe señalar que, hasta llegar a ese horizonte, la hibridación tendrá un papel señalado.
- Despliegue de infraestructuras: hacer realidad la penetración del vehículo del futuro, demanda el desarrollo de infraestructuras. Con unos 7.879 puntos de carga, en 2020 España tiene una penetración inferior a la media europea. Por ello, se estima que se necesitará multiplicar esta cifra hasta alcanzar los 830.000 en 20 años.
- Regulación: inteligente, armonizada y centralizada que fomente el entorno a la inversión para todo el ecosistema de la automoción. La Administración debe acompañar a la industria para hacer posible este camino y serán seis los ámbitos de actuación:
-
- Industria y empresas: fomentar la inversión y la competitividad de la industria.
- Medioambiente y energía: impulsar la descarbonización y mejorar la calidad del aire.
- Movilidad: poner en valor a España como polos de atracción para el desarrollo de la nueva movilidad.
- Personas: generar empleo flexible y adaptado a las nuevas necesidades; nuevos planes de estudio, formación continua. Atracción de talento mediante fiscalidad atractiva.
- Automóvil: fomentar la renovación del sector con los nuevos vehículos de bajas y cero emisiones, con especial interés en los electrificados, mediante una fiscalidad favorable, ayudas a la compra, ayudas a la infraestructura de cara, mejora de la legislación para el fomento de la infraestructura del vehículo eléctrico.
- Regulación: mantener un marco regulatorio estable que permita la planificación de forma homogénea y centralizada en lo que se refiere a la regulación de la movilidad y la calidad del aire.
A pesar de todos los esfuerzos que deberán llevarse a cabo y el monto considerable de 54.000 millones que presenta la inversión necesaria para desarrollar la movilidad del futuro, los beneficios para la economía según el informe superarán los costes.
La transición a la movilidad del futuro es económicamente rentable, estimándose que la tasa interna de retorno será de entre un 20% y un 30%. Lo que, a su vez, supondrá un aumento de entre el 7% y el 12 % del PIB y un crecimiento del 7% del empleo nacional.
MÁS QUE UNA INDUSTRIA UN PROYECTO DE PAÍS
Es por ello que esta transformación es descrita por la patronal como un proyecto de país. «La importancia que tiene la apuesta y la renovación de la industria de la automoción para la economía y la sociedad española ayudará a continuar progresando. Siempre y cuando todos los actores del ecosistema contribuyan en su medida a esta transformación, incluida la implicación de la Administración en la creación de un ambiente donde el resto del ecosistema se pueda desarrollar de manera productiva y permitiendo el progreso de los distintos sectores a la vez que atraen la inversión necesaria», concluye el informe.